"Es un legado del pueblo de Menorca que debemos preservar para las generaciones futuras"

ImatgeBernat Pons es el propietario de Talatí de Dalt, uno de los yacimientos talayóticos más emblemáticos de Menorca. Su peculiar taula, con una pilastra lateral apoyada, se ha convertido en una de las imágenes icónicas de la Menorca Talayótica. Desde pequeño aprendió a hacer pared seca y los oficios del campo, pasando los veranos ayudando en la finca familiar, muy cerca de Talatí: "Tengo muchos recuerdos de infancia jugando alrededor de esta taula, para mí es el lugar más especial". Trabajando desde los 14 años, ahora dirige con su familia la finca de Talatí de Dalt. Esta explotación de agricultura ecológica y ganadera se complementa desde hace 17 años con las visitas turísticas a la zona arqueológica, donde convergen un poblado talayótico, una necrópolis de cuevas artificiales, tramos de muralla, un santuario de taula y casas talayóticas.

¿Cómo empezó la historia de su familia con Talatí?
Pues hace ya más de 30 años, cuando mi madre aún era propietaria de las tierras de enfrente y las vendió. Después, en 1989 toda la familia decidimos comprar Talatí. Ya vimos que tenía un potencial enorme, tanto como explotación agrícola, porque era una finca muy grande, como por el yacimiento. En aquella época se consideraba que tener unos restos como éstos dentro de una finca era un dolor de cabeza, era un impedimento para venderla, ya que siempre había gente que quería venir a visitarlos. Para nuestra familia, lo cierto es que comprar Talatí ha sido lo mejor que nos ha pasado en generaciones.

¿Y de donde surgió la idea de explotar el yacimiento turísticamente?
Al principio, nosotros teníamos vacas de leche y no era rentable. Hace 25 años decidimos llevar la finca nosotros mismos y ya dimos de alta la segunda licencia de agroturismo de Menorca, que después transformamos en casa rural para tener un complemento de ingresos a la actividad agrícola. La explotación agrícola la enfocamos en razas autóctonas de vaca y oveja de Menorca y agricultura ecológica. Creo que debimos ser de los primeros en la isla en centrarnos en agricultura ecológica.

alt textA raíz de tener la casa rural, contactamos con un turoperador inglés y nos empezaron a llegar los primeros turistas de esta nacionalidad que ya iban buscando un turismo rural. Ya en el año 1997 los Amics del Museu de Menorca pidieron permiso para excavar la zona de los recintos cubiertos con un arqueólogo llamado De Nicolás. Él fue quien nos propuso la idea de explotar el yacimiento turísticamente y empezamos a hacerlo en 2004. Hasta que él se jubiló, lo llevábamos como socios. Ahora ya hace 10 años que lo explotamos nosotros solos y ahora se encargan nuestros hijos. Cuando el campo parece que no tiene viabilidad, esta es una finca que tiene un futuro garantizado, crea puestos de trabajo y tiene una salida económica. El yacimiento es un complemento más del resto de actividades de la finca.

Siendo una finca privada, ustedes fueron los primeros en explotar turísticamente un yacimiento en Menorca. ¿Qué posibilidades vieron, más allá de las económicas?
Sí, hace unos 17 años como decíamos antes. Fuimos de los dos primeros, junto con la Fundació Illes Balears que compró Torralba d'en Salort. Entonces no se valoraba tener un yacimiento prehistórico, parecía que era más un problema. Está claro que para tenerlo bien cuidado se necesita una entrada de dinero, por eso cobramos entrada en temporada alta. Cuando termina la temporada, a finales de octubre, para que la gente de Menorca pueda venir, dejamos las barreras abiertas y no cobramos nada.

Lo que no puede ser es que tengamos una maravilla como ésta, única en el mundo, y que no se cuide y esté abandonado. Hoy por suerte la gente ha adquirido cultura y entiende que esto es un legado del pueblo de Menorca que se tiene que preservar para las generaciones futuras. Nosotros estamos aquí una temporada y los que vendrán detrás nuestro deben encontrarlo igual o mejor que como lo hemos encontrado nosotros. Es nuestra responsabilidad que así sea y es la finalidad principal de nuestro trabajo.

alt textEsta responsabilidad de la que habla, ¿cuánto trabajo de mantenimiento implica?
Cada invierno limpiamos la parcela y podamos los acebuches, es necesario un mantenimiento sino sería un desastre. Los acebuches llegan a romper las piedras. Dos meses antes de comenzar la temporada turística, soltamos las ovejas y se comen toda la hierba, es un animal no agresivo, y luego acabamos de limpiar nosotros.

Cuando compraron Talatí, ¿en qué estado estaba el poblado?
Pues ésto era una parcela más de la finca, todo estaba lleno de guijarros y acebuches. Aquí antes se labraba y pastaban vacas, cerdos y ovejas. No se le daba ninguna importancia a los restos arqueológicos. Fíjate que incluso, cuando hicieron la Base militar de Mahón, de aquí se llevaron un montón de piedras que seguro eran de época talayótica.

Mi madre nació aquí al lado, en Algendaró, y me contaba que aquí siempre hubo ganado. Las casas talayóticas que tenemos aquí estaban llenas de estiércol de oveja porque se metían allí a dormir. Un señor hizo una donación a Amics del Museu de Menorca para que vinieran a excavarlas y así lo hicieron entre 1997 y 2001. Todo lo que se encontró dentro se llevó al Museo y allí está expuesto. Desde los tiempos de la dominación árabe, este yacimiento no se ha vuelto a ocupar, por lo tanto todo estaba tal cual lo habían dejado. Antes de abrir el yacimiento al público, tuvimos que limpiar mucho, recoger los guijarros pequeños, además de preparar el recorrido y la señalización.

Y para usted, ¿qué hace especial al yacimiento de Talatí?
Lo más importante es que en un trozo pequeño tienes de todo. Aproximadamente en 1 hectárea encuentras casas talayóticas, dólmenes, un talayot, un recinto de taula… en medio de un entorno único de naturaleza bien conservada. Lo que ofrecemos es la experiencia de visitar una parte de la Menorca rural bien conservada.

¿Qué retos han enfrentado durante estos 17 años de explotación turística del yacimiento?
Al principio, cuando hicimos la propuesta hubo reticencias, pero luego se dieron cuenta de que tenía futuro. Estuvimos un año en procedimientos legales para tener los permisos. En los últimos años han sido todo facilidades desde el Consell Insular, hay una conciencia de que ésto es importante para Menorca, una oportunidad única para dar el último paso en la transformación a un turismo más sostenible y respetuoso.

alt textAhora que ya empieza la recta final de la carrera por el nombramiento de Menorca Talayótica como patrimonio mundial, ¿qué podría suponer para un yacimiento como Talatí?
Como decía, es una oportunidad muy buena para la isla. A nosotros en concreto, nos abriría muchas posibilidades para ofrecer más experiencias. Podríamos hacer visitas guiadas en varios idiomas, tenemos la idea de hacer catas de producto de local ... Si se consigue, se abrirá un nuevo espacio tanto cultural como económico. 

 
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