La naveta des Tudons es uno de los monumentos talayóticos más emblemáticos y visitados de Menorca por el excelente estado de conservación que presenta y porque las navetas son una tipología constructiva funeraria que sólo se encuentra en la isla.
De su forma de nave invertida toma el nombre de naveta. Está construida con la técnica ciclópea propia de la época, que consiste en el encaje de piedras de grandes dimensiones sin ayuda de mortero. En ella se hacían enterramientos colectivos y durante las excavaciones realizadas se encontraron cien individuos de todas las edades y de ambos sexos, acompañados de ajuar y pequeñas ollas donde se depositaban las ofrendas durante los ritos funerarios.
Horario: Acceso libre.
Precio: Entrada general: 2 € / Tarifa reducida: mayores de 65 años, jóvenes de 8 a 15 y grupos (min. 10): 1,20 € / Menores de 8 años, lunes y guías turísticos: Entrada gratuita
Visitable: Si
Acceso: Se accede por la carretera general de Mahón a Ciudadela, Km 40. A unos 400 metros del aparcamiento, atravesando EL campo, se encuentra la naveta.
Hay indicadores en la carretera.
Aparcamiento: Habilitado. Aparcamiento muy amplio preparado para coches y autobuses.
Visitas guiadas: Hay carteles informativos.
Visitas guiadas privadas:
Talaia Cultura y Nurarq.
Más información y reserva de entradas:
www.menorca.es
Contacto: www.menorca.es / Tel. 902 92 90 15.
Teléfono 971 37 24.
Servicios: Punto de información, WC
Acceso a personas con movilidad reducida: No
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Más información:
Periodo talayótico
La naveta des Tudons es de planta alargada con el ábside algo apuntado. La fachada es plana y ligeramente cóncava, con restos de una posible plataforma de losas ante el portal. Se accede al interior por una puerta que da paso a una antecámara de planta cuadrangular, que a la vez comunica con la cámara inferior y con la superior a través de un conducto vertical ligeramente inclinado.
La visión que presenta el monumento hoy en día responde a la restauración arquitectónica efectuada en la década de 1960 bajo la dirección de los profesores Lluís Pericot y Maria Lluïsa Serra, que se centró, sobre todo, en la cubierta de la planta superior y el ábside del monumento. La parte del ábside había sido expoliada, pero del resto de la naveta se recuperaron una gran cantidad de huesos humanos diseminados por la cámara sin un orden aparente.