"Menorca Talayótica es un caso excepcional de paisaje arqueológico y monumental vivo"

Rafael Mata protagonistas menorca talayoticaRafael Mata es catedrático de Análisis Geográfico por la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Consejo Científico de la Agencia Menorca Talayótica. Especialista en el estudio de sistemas y paisajes rurales, en políticas de ordenación del territorio y conservación de la naturaleza en España y Latinoamérica, ha participado en los últimos veinte años en la elaboración de varios planes de ordenación del territorio y directrices de paisaje en distintas comunidades autónomas, entre ellos, el Plan Territorial Insular de Menorca (Premio Nacional de Urbanismo 2005 y Premio Gubbio. ANCSA Italia, 2006).

Especialista en fronteras internacionales (Geógrafo del Tribunal Internacional Argentina-Chile, Organización de Estados Americanos, 1994-1996) y asesor de los gobiernos de Ecuador y Nicaragua (1996-1999) en fronteras continentales y marítimas; ha sido Presidente de la Asociación de Geógrafos Españoles (2005-2009) y del Comité Español de la Unión Geográfica Internacional. En la actualidad, dirige el Departamento de Geografía de la UAM y preside Europarc-España Valle del Nansa y Peñarrubia, dentro del Programa Patrimonio y Territorio de la Fundación Botín (Premio Hispania Nostra 2014 a la “mejor intervención en el paisaje”).

¿Cuáles son para usted las características que cumple Menorca Talaiòtica para convertirse en patrimonio cultural con reconocimiento mundial?
Es evidente, como pone muy bien de manifiesto el expediente de la candidatura de Menorca Talayótica, que el valor excepcional de esta singular manifestación cultural prehistórica reside en la altísima densidad de monumentos ciclópeos, en su diversidad tipológica y en la singularidad a escala mundial de algunas de las construcciones, que se encuentran aquí en Menorca, y solo aquí. Pero a esas características y valores fundamentales hay que unir el anclaje en el territorio y la adaptación inteligente de los asentamientos y de los monumentos talayóticos más conspicuos, de los vivos y de los muertos, a la diversidad físico-ambiental de Menorca: a los contrastes a pequeña y gran escala de litología y de topografía, al diverso potencial de los suelos, a la presencia de agua o a las distintas condiciones de visibilidad e intervisibilidad de la aparentemente homogénea planicie del Migjorn.

El denso sistema territorial talayótico se convierte de hecho en una hermosa y estimulante historia para comprender el pasado, pero también para interpretar y valorar el paisaje del presente. Y hay una última circunstancia que a mi juicio resulta también fundamental para ese merecido reconocimiento como patrimonio mundial; me refiero al excelente estado de conservación del rico y abundante repertorio de construcciones y yacimientos de la cultura talayótica y a su convivencia milenaria con un paisaje dinámico y humanizado, en el que los testimonios materiales y la vivencia del espacio por las comunidades talayóticas no son simples huellas de un pasado muy lejano, sino elementos decisivos del palimpsesto paisajístico de Menorca, de la biografía de su territorio y parte esencial de la identidad de quienes han habitado esta isla mediterránea durante milenios.
 


El nuevo expediente de Menorca Talayótica


¿Qué objetivos se marcaron en la reformulación del nuevo expediente en lo que respecta al paisaje?
El expediente original contaba ya con muchas y valiosas referencias al paisaje, basadas en el conocimiento acumulado sobre los patrones de distribución en el territorio de los distintos tipos de construcciones y asentamientos talayóticos, y de cuestiones relacionadas con la visibilidad de los monumentos más conspicuos, los talayots, emplazados habitualmente sobre pequeños resaltes topográficos de la planicie del Migjorn.

El nuevo expediente, al pasar de abordar un bien en serie integrado por un repertorio de manifestaciones monumentales sobresalientes, pero de escasa extensión, a una serie de componentes de escala territorial, ha permitido fortalecer la dimensión paisajística del bien y sus valores. El nuevo expediente destaca que el bien en su conjunto y cada una de las espectaculares construcciones prehistóricas que lo integran se insertan, a escala insular, en un rico paisaje mediterráneo en mosaico que posee algunos rasgos similares a los de la prehistoria. El valioso mosaico paisajístico que envuelve e integra armoniosamente las construcciones ciclópeas del pasado es, de hecho, el resultado de una continua relación simbiótica con la naturaleza y con los paisajes heredados del singular agroecosistema menorquín que, desde la prehistoria hasta la actualidad, manifiesta una extraordinaria capacidad de resiliencia, guiado por similares pautas de ocupación y uso del territorio y de sus recursos.

El bien constituye hoy, como destaca también el expediente renovado, un caso excepcional de paisaje arqueológico y monumental vivo, en el que la gran diversidad y densidad de yacimientos prehistóricos se manifiestan e integran con coherencia en un contexto geográfico internamente diverso, que permite una interpretación profunda de la relación entre la cultura talayótica y su entorno. Al mismo tiempo, los paisajes talayóticos actuales muestran nítidamente las conexiones visuales y el sistema de organización espacial que regía en la prehistoria, un asunto que se ha fortalecido también en el expediente renovado con un estudio sistemático e innovador de intervisibilidad.

Me parece importante destacar por último que el rico repertorio de paisajes actuales de Menorca, que fue objeto de identificación y caracterización con motivo de los estudios que acompañaron a la redacción del PTI de 2003, está muy bien representado en los nueve componentes de Menorca Talayótica. Estos constituyen, de hecho, una excelente muestra de la diversidad paisajística de la isla, en especial de las unidades de paisaje del Migjorn, donde se localizan buena parte de los asentamientos y muestras de la cultura talayótica, así como también de uno de los paisajes de la Tramuntana nororiental, que cuenta con una importante presencia de testimonios talayóticos. De esa forma, la alta representatividad paisajística de los componentes del bien pone de manifiesto el relevante significado del paisaje en la selección y justificación de los mismos; a la vez, los distintos componentes, entendidos como contextos territoriales de los atributos monumentales, constituyen patrones de paisaje que contribuyen decisivamente a comprenderlos y valorarlos en su larga diacronía histórica.

alt text¿Cómo fue el proceso de elaboración del expediente de MT en el aspecto geográfico? ¿Qué retos se encontraron?
Más que retos, pienso que el expediente de Menorca Talayótica ha sido una gran oportunidad para poner al servicio de la interpretación territorial de las manifestaciones materiales y perceptivas de la cultura talayótica el amplio conocimiento sobre la diversidad geográfica de Menorca, tanto física como humana.

Las acusadas diferencias topográficas, geológicas y geomorfológicas a escala insular entre Tramuntana y Migjorn, estudiadas ya en la segunda mitad del siglo XIX por el geólogo francés Jean Ferdinand Hermite, marcan un acusado contraste en los patrones de distribución de los asentamientos talayóticos a favor del sur de la isla.

Pero dentro del Migjorn, y a escala de mayor detalle, resulta fascinante comprobar cómo los contrastes de microrrelieve, litología y suelos en una planicie calcárea altamente carstificada y aparentemente homogénea, fueron aprovechados de modo diferencial por los poblados y construcciones talayóticas, hasta el punto de que su distribución ilumina la cartografía geológica y geomorfológica de Menorca, que se ve engrandecida por este denso y excepcional sistema de  manifestaciones ciclópeas adaptadas al medio. Los suaves abombamientos del Migjorn, a veces imperceptibles en el paisaje, aparecen con frecuencia monumentalizados por talayots, mientras que algunos llanos cársticos ligeramente cóncavos (poljés), con fértiles suelos arcillosos y puntos de agua, constituyen el recogido entorno de navetas funerarias monumentales como las de Rafal Rubí o des Tudons.

Sobre esta base geomorfológica fundamental, de grandes y pequeños contrastes, se dispone el singular mosaico vegetal de Menorca modelado por el viento de tramuntana, de una importancia florística y ecológica sobresaliente, que pone en contacto íntimo las zonas cultivadas, los pastizales y las áreas de vegetación natural. El mosaico ha estado gestionado secularmente por el sistema agrario menorquín, que incorpora al paisaje un rasgo fundamental de la geografía insular: la densa y sistemática presencia de los muros de piedra seca delimitando, sin excepción, todas y cada una de las parcelas (tanques) del campo de Menorca. La alta densidad, diversidad pétrea, multifuncionalidad y buen estado de conservación general hacen de este singular y omnipresente bocage lítico, con una longitud estimada de más de 11.000 km, un atributo de valor excepcional del paisaje menorquín. El sistema de poblamiento tradicional, otra estructura geográfica esencial, integrado por las cabeceras municipales históricas y los casats de los llocs, próximos muchos de ellos a los poblados y monumentos talayóticos a los que dan nombre, articulan una geografía de Menorca diversa y cuajada de contrastes a todas las escalas, en la que el sistema territorial talayótico, configurado en la prehistoria, constituye una capa fundamental de la interpretación de la geografía del presente de Menorca.


El PTI y Menorca Talayótica

Usted formó parte del equipo que redactó el primer Plan Territorial de Menorca en 2003 y en el nuevo que está en proceso de aprobación. ¿Qué líneas se marcan en relación con Menorca Talayótica?

El paisaje, tal y como lo entiende el Convenio Europeo del Paisaje del Consejo de Europa (2000) y su agenda política, constituyó la base del conocimiento y valoración integrada del patrimonio territorial de Menorca en el PTI 2003. En ese sentido, el Plan incorporó a sus determinaciones la muy densa red de bienes de interés cultural de Menorca, en particular las manifestaciones territoriales de la cultura talayótica. Sin embargo, apenas las integró entonces en la caracterización y valoración del paisaje, porque el énfasis se puso en ese momento en las expresiones paisajísticas del agroecosistema menorquín, en el sistema de poblamiento tradicional, en la configuración física del litoral y en las principales condiciones de visibilidad del territorio.

La revisión del PTI ha sido una gran ocasión para fortalecer la interpretación paisajística y patrimonial de Menorca con la decisiva contribución de los componentes de la cultura talayótica integrados en el territorio y leídos paisajísticamente, como una capa de valor sobresaliente. Al mismo tiempo, el tratamiento del paisaje en el PTI revisado ha sido una excelente oportunidad para la ordenación territorial de los componentes que integran la candidatura de Menorca Talayótica. Esto no supone negar la protección específica como Bienes de Interés Cultural de los atributos arqueológicos incluidos en la serie; pero el PTI ha contribuido a la salvaguarda del territorio de los componentes de Menorca Talayótica, como contextos paisajísticos de los atributos monumentales, protegiéndolos con la categoría de Áreas de Interés Paisajístico creadas por el Plan. Es una garantía para la integridad de los bienes y sus entornos amplios frente a eventuales procesos de cambio, deterioro, impacto o banalización de esas importantes piezas patrimoniales del territorio, en las que se establece un diálogo interpretativo y visual entre el monumento arqueológico y el paisaje.

Quiero destacar que todo esto ha sido posible gracias a la estrecha cooperación entre la administración insular de ordenación del territorio, que define a través del PTI el modelo territorial de la isla, y la de patrimonio histórico-cultural, que protege y gestiona los bienes culturales, en particular, los componentes y atributos integrantes de Menorca Talayótica. Estas piezas de paisaje de sobresaliente interés necesitan para su salvaguarda y puesta en valor ir más allá de las imprescindibles figuras de protección del patrimonio histórico-cultural, acudiendo a las posibilidades que ofrece la planificación territorial. Creo que todo este proceso constituye una experiencia muy positiva de buen gobierno del territorio que la candidatura ha propiciado y que avala al mismo tiempo su fortaleza y viabilidad.

alt textLa relación con el turismo es también uno de los puntos clave en la preservación de Menorca Talayótica. ¿Cómo se puede conseguir el equilibrio entre turismo y respeto al paisaje y el patrimonio?
Menorca Talayótica es, ante todo, una iniciativa pública y ciudadana para garantizar la salvaguarda del excepcional patrimonio prehistórico insular. Sin embargo, en un destino turístico litoral consolidado y acreditado como Menorca, con más de un millón y medio de visitantes al año, especialmente en los meses de verano, no cabe duda de que un bien que puede ser inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial es un atractivo importante para quienes visitan la isla, y para quienes, interesados por el patrimonio arqueológico  y paisajístico, se animen  a hacerlo tras la declaración. Ese turismo de carácter patrimonial y específicamente arqueológico, adecuadamente difundido e interpretado, constituye un recurso importante para aumentar el número de turistas fuera de la estación veraniega, en los muchos meses del año en los que la visita a los monumentos y paisajes arqueológicos de Menorca resulta más estimulante y placentera. 

Será muy difícil alcanzar el mito de la reclamada “desestacionalización” del turismo mientras los destinos de sol y playa y la organización de las vacaciones y los productos turísticos en los países de origen mantengan el perfil actual, pero hay que pensar que ese turismo arqueológico sin estación, bien promocionado, contribuirá a equilibrar en alguna medida el ciclo turístico insular.

De todos modos, tanto para ese turismo tranquilo, arqueológico y paisajístico, como para el de carácter más masivo, veraniego y de playa que se interesa también por los monumentos talayóticos, se requiere una gestión inteligente y eficaz, que haga de la visita a los bienes de Menorca Talayótica una experiencia culta, civilizadora y sostenible. A mi juicio, el Plan de Gestión de Menorca Talayótica plantea un programa de coeficiencia y sostenibilidad interesante, comprometido con un modelo de visitas responsable, atendiendo a la capacidad de carga admisible de los distintos yacimientos sobre la base de tres categorías de monumentos según su entidad, estado de conservación, tipología, accesibilidad, facilidad de interpretación, e interés arqueológico y simbólico.

Todo ello va acompañado de un Plan de Preservación del Paisaje, coordinado con el PTI revisado, un  Plan de Seguridad y un Plan de Movilidad que, de acuerdo con los compromisos de la estrategia de sostenibilidad 2030 de Menorca, pretende contribuir a la reducción de la movilidad con vehículo privado con combustibles fósiles y propone un sistema de acceso energéticamente más eficaz: incentivando la movilidad comunitaria, la implementación del transporte público o de lanzaderas que acerquen a los visitantes desde aparcamientos disuasorios; y la movilidad sostenible, bien con bicicletas o a través de recorridos pedestres. Con todo ello, se persigue también liberar al paisaje de los componentes de impactos visuales y contaminantes, evitando por ejemplo los aparcamientos de vehículos a pie de los yacimientos arqueológicos.

 
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